domingo, 22 de noviembre de 2009

La Régence de César Vallejo

Se me ocurre aquí, encima de vos, con tu pelo derramado sobre la almohada multicolor. Te veo sumergirte en esa almohada, tu cuerpo se hunde en la cama, la cama de colchón y resortes metafísicos. Decido no rescatarte. Hundite. Te ves bien dentro de mi cama. No me enteré si querías hundirte, si respirás desde adentro. Dejémoste ahí que estoy irritable. Dejémoste ahí que no tengo intenciones de verte más. Guardémoste en un rinconcito sublime del inconsciente de mi cama. Me salen pedacitos de vos en la lavadora; los boto antes de tender la ropa de cama. Asumo que poco a poco te vas desintegrando hasta que no quede vestigio alguno de tu existencia en el inconsciente de mi cama. Mi cama nunca más va a soñar con vos.
Espero dormirme encima de mi cuaderno rojo, con este, insisto, maravillosamente deliciosos olor a tinta tremendamente roja.
Discreta sorpresa no te parece don Gilmour?

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