viernes, 25 de diciembre de 2009

Gatorade



"Fue el primer censo de la historia..." Y me quedé parado frente a la puerta roja. No me enteré cuándo se cerró la puerta roja. Del otro lado alguien la golpeaba fuertemente. Yo podía ver quiénes la estaban golpeando, sin embargo no entendía quiénes eran. Golpeaban y golpeaban. Los golpes sabían a piña y licor y se les veía azules.
¡Qué inacabado y que nunca será acabado y que cada semana hay nuevas desconcertantes cosas!

jueves, 17 de diciembre de 2009

You gotta be normal



"The Lord is my shepherd, I shall not want. He makes me down to lie, Through pastures green, He leadeth me the silent waters by. With bright knives, He releaseth my soul. He maketh me to hang on hooks in high places. He converteth me to lamb cutlets. For lo! He hath great power and great hunger. When cometh the day we lowly ones, Through quiet reflection and great dedication, Master the art of karate, Lo! we shall rise up And then we'll make the bugger's eyes water."

sábado, 12 de diciembre de 2009

One of these days I'm going to cut you into little pieces

Lava Volcánica
Huevos
Salchicha
Chips
y Frijoles
y un té
Nick?

sábado, 5 de diciembre de 2009

Jesus



Help me in my weakness cause I'm falling out of grace.

domingo, 22 de noviembre de 2009

La Régence de César Vallejo

Se me ocurre aquí, encima de vos, con tu pelo derramado sobre la almohada multicolor. Te veo sumergirte en esa almohada, tu cuerpo se hunde en la cama, la cama de colchón y resortes metafísicos. Decido no rescatarte. Hundite. Te ves bien dentro de mi cama. No me enteré si querías hundirte, si respirás desde adentro. Dejémoste ahí que estoy irritable. Dejémoste ahí que no tengo intenciones de verte más. Guardémoste en un rinconcito sublime del inconsciente de mi cama. Me salen pedacitos de vos en la lavadora; los boto antes de tender la ropa de cama. Asumo que poco a poco te vas desintegrando hasta que no quede vestigio alguno de tu existencia en el inconsciente de mi cama. Mi cama nunca más va a soñar con vos.
Espero dormirme encima de mi cuaderno rojo, con este, insisto, maravillosamente deliciosos olor a tinta tremendamente roja.
Discreta sorpresa no te parece don Gilmour?

149 Rayuela

mis pasos en esta calle
resuenan en otra calle
donde oigo mis pasos pasar en esta calle
donde sólo es real la niebla.
-Octavio Paz

Teodoro W. Adorno


/ escrito casi nada sobre gatos, cosa más bien rara porque gato y yo somos como los gusanitos del Yin y el Yang interenroscándose (eso es el Tao) y no se me escapa que cada gato en español es amo de las tres letras del Tao, con la g a manera del agujerito que dejan en los ponchos las mujeres de los indios navajos para que no se les quede el alma prisionera en el tejido; pero ya Kipling mostró que el gato walks by himself y no hay Tao ni prosa mágica que lo retenga más allá de sus horas y sus ánimos / W. Adorno no anduvo muchas veces por las páginas de Saignon, hay que explicar que su Yin y mi Yang (o al revés, según las lunas y las hierbas) se fueron amistando y entrelazando sin el menor contrato, sin eso de que te regalan un gatito y vos le das la leche y entonces el animal desenvuelve reflejos condicionados, arma su territorio y duerme en tus rodillas y te caza los ratones, el triste pacto de las viejas con sus gatos, de las gatas con sus viejos. Nada de eso, mi mujer y yo vimos llegar a Teodoro por el sendero que baja al ranchito y era un gato sucio y canalla, negro debajo de la ceniza polvorienta que mal le tapaba las mataduras, porque Teodoro con otros diez gatos de Saignon vivía del vaciadero de basuras como cirujas de la quema, y cada esqueleto de arenque era Austerlitz, los Campos Cataláunicos o Cancha Rayada, pedazos de orejas arrancadas, colas sangrantes, la vida de un gato libre. Ahora que este animal era más inteligente, se vio en seguida cuando nos maulló desde la entrada, sin dejar que nos acercáramos pero dando a entender que si le poníamos leche en una aceptable no cat’s land condescendería a bebérsela. Nosotros cumplimos y él entendió que no éramos despreciables; salvamos por mutuo acuerdo tácito la zona neutralizada, sin tanta Cruz Roja y Naciones Unidas, una puerta quedó entornada con dignidad para no ofender orgullos, y un rato después la mancha negra empezó a dibujar su espiral cautelosa sobre las baldosas rojas del living, buscó una alfombrita cerca de la chimenea, y yo que leía a Paco Urondo escuché por ahí el primer mensaje de la alianza, un ronroneo confianzudo, entrega de cola estirada y sueño entre amigos. A los dos días me dejó que lo cepillara, a la semana le curé las mataduras con azufre y aceite; todo ese verano vino de mañana y de noche, jamás aceptó quedarse a dormir en casa, qué te creés, y nosotros no insistimos porque pronto nos volveríamos a París y no podíamos llevarlo con nosotros, los gitanos y los traductores internacionales no tienen gatos, un gato es territorio fijo, límite armonioso; un gato no viaja, su órbita es lenta y pequeña, va de una mata a una silla, de un zaguán a un cantero de pensamientos; su dibujo es pausado como el de Matisse, gato de la pintura, jamás Jackson Pollock o Appell / día que nos fuimos, sentimiento de culpabilidad inevitable: ¿y si se había ablandado, si tanta leche y fideos y arrumacos lo dejaban en desventaja frente a los duros de la quema, los machazos de orejas recortadas y costumbres de tropas de asalto? Nos miró irnos, sentado en la parecita de piedra, limpio y brillante, comprendiendo, aceptando. Ese invierno pensé tantas veces en él, lo di por muerto, hablábamos de Teodoro con la voz de la elegía. Vino el verano, vino Saignon, cuando fui a vaciar por primera vez la basura vi de nuevo el salto vertiginoso de ocho gatos al mismo tiempo, barcinos y blancos y negros pero no Teodoro, su corbatita blanca inconfundible en tanto azabache. Previsiones confirmadas, selección natural, ley del más fuerte, pobre animalito. A los cinco o seis días, cenando en la cocina, lo vimos sentado detrás del vidrio de la ventana, fantasma lunar y Mizoguchi. Su boca dibujó un maullido que el vidrio volvía cine mudo; a mí se me mojaron los ojos como a un imbécil, abrí la ventana y le tendí prudentemente la mano, sabiendo lo que ocho meses de ausencia liman y destruyen en una relación. Se dejó tomar en brazos, sucio y enfermo, aunque ya en el suelo se vio que estaba huraño y distante, que reclamaba su comida como un mero derecho; se fue casi en seguida con esa manera suya de acercarse a la puerta y maullar como si le estuvieran aplastando el alma. A la mañana siguiente ya jugaba por ahí, manso y alegre, pronto al cepillo y al azufre. Al otro año fue lo mismo pero entonces tardó casi un mes en reaparecer, castigándonos, haciéndonos sentir su muerte, remordiéndonos; pero vino, más flaco y enfermo que nunca, y ése fue el tercero y último año de la vida pagana y alegre de Teodoro W. Adorno, la época en que lo fotografié y escribí sobre él y volví a curarlo de algo que parecía una indigestión de pelos, aparte de que Teodoro se enamoró y eso lo tenía completamente estúpido, se paseaba por la casa con la cabeza en alto y gimiendo, por la tarde cruzaba el jardín como en un trance, flotando entre los tréboles, y una vez que lo seguí discretamente lo vi descender el sendero que llevaba a una de las granjas del valle y perderse en un atajo, gimiendo y llorando, Teodoro Werther, arrasado de amor por alguna gata de escabroso acceso. ¿Qué destino tuvo ese idilio entre la lavanda de Vaucluse? El de Juan de Mañara, no el de Werther: lo comprendí este año, después de dos meses de Saignon con la ausencia irrefutable de Teodoro. ¿Muerto, esta vez sin duda decididamente muerto, la garganta abierta por alguno de los taitas del vaciadero, pobrecito Teodoro tan débil y enamorado y esas cosas? / once y media es la mejor hora para comprar el pan y de paso despachar las cartas y vaciar la basura; subí el sendero sin pensar en nada, como casi siempre en el momento de las revelaciones (a estudiar una vez más cómo toda distracción profunda entreabre ciertas puertas, y cómo hay que distraerse si no se es capaz de concentrarse) / por expreso y ésta por avión, allez, au revoir monsieur Serre, un pan redondo y caliente, charla con monsieur Blanc, cambio de nociones meteorológicas con madame Amourdedieu, de golpe la manchita de sombra bajo el derroche amarillo del mediodía, la puerta de mademoiselle Sophie, la mancha de sombra ovillada delante de la puerta, no puede ser, cómo va a ser, qué diablos va a ser, de día todos los gatos son negros y además cómo es posible que el gran pagano esté tomando el sol delante de la puerta de mademoiselle Sophie pequeñita y jibosa y señorita y sacristana de Saignon, con anteojos y sombrero y una boca perdida entre una nariz que baja y un mentón que sube, Teodoro, Teodoro! Le pasé al lado y no me miró, dije despacito: Teodoro, Teodoro chat, y no me miró, Juan de Mañara había entrado en religión, vi el platito de leche y el hueso de una costilla tan frágil como las de mademoiselle Sophie, las raciones de una vida minúscula de ratoncito de iglesia con olor a jabón barato y a cirios, Teodoro convertido, bautizado, ignorándome, preparándose para la vida eterna, convencido de tener un alma, quizá de noche durmiendo en la casa, la última de las humillaciones, la penitencia final, yo pecador él que jamás aceptaba una puerta cerrada y ahora las rodillas puntuadas de mademoiselle Sophie, las carpetitas bordadas, las oraciones y los ronroneos al mismo tiempo, la vida cristiana en una aldea provenzal. ¿Y el Tao, y los amores, y esa manera de jugar con las pelotas de papel que hacíamos con los suplementos dominicales de La Nación? / vuelto a ver dos o tres veces y nunca me reconociste y está bien porque tampoco yo te reclamaré, con qué derecho podría, vos el más libre de los gatos paganos y el más prisionero de los gatos católicos, tendido delante de la puerta de tu sacristana como un perro que la defiende. Ah Teodoro, qué bonito era verte bajar por el sendero, la cola al aire, gimiendo por tu gatita entre la lavanda, qué dulce era encontrarte otra vez cada año, el día en que se te antojaba, la noche de luna que elegías displicente para saltar a la ventana y quedarte unas horas con nosotros antes de volver a tu libertad que como tantos de nosotros has cambiado por una jubilación de gato, por el cielo que te tienen prometido.

domingo, 15 de noviembre de 2009

Vivía.








La pequeña viajera
moría explicando su muerte

sabios animales nostálgicos
visitaban su cuerpo caliente.
-Alejandra Pizarnik

jueves, 12 de noviembre de 2009

Je suis absente

No sé si voy a estar el lunes. Cualquier coas me dejás una nota con Silvia.

viernes, 30 de octubre de 2009

Dama del agua danzante

Treinta de septiembre, porque lo sigo decidiendo.
Hablemos de reglas de puntuación.
Hablemos de estética.
Hablemos de aldeas bidimensionales de señores Orugas.
Hablemos de Diosas Koalas.

Caravana

Treinta de septiembre, porque yo lo decidí. Me doy vuelta en la misma cama que hoy no es la misma. Me acomodo en la misma orilla peligrosa. Con la mano derecha agarro el abismo de dos centímetros. Lo suelto porque pica. Mis ojos necesitan un trago de agua.
Un bajo insistente se tira una serie de pedos épicamente deslumbrantes atrás de Beth Gibbons. Realizo cualquier actividad para retrasar ir al baño y pararme frente al espejo.
No evito ver el espejo.
Lo veo.
Alguien me ve fijamente.
Otra distinta a ayer.
Hay quienes asegurarían que es la misma y quienes me lo comprobarían a través de principios físicos. Yo estoy convencida que mi cara se muta cada noche, se derrite y se acomoda a su gusto por la madrugada.
Dos, tres, aguijones.
¡Tenga mi alegría!
Cuatro, cinco, tortillas con quesillo.
Deme pudor por favor.
Seis, siete, movimientos vertiginosos.
¡Vámonos!
Ocho, nueve, labios resecos partidos.
Regalame esa cáscara en descomposición.
Diez, Once.

12:28

12:28 Y la mujer en la radio dijo, "Todo lo malo es el diablo". Y yo te aseguro que el diablo soy yo. El diablo son ustedes cuatro y esa anciana que intenta cruzar la calle. "Padre Lucifer, nunca te viste tan cuerdo."
Vamos a hablar de eventos político-sociales. Una cucarachita, dos, tres, desórdenes psiquiátricos. ¡Ve! Un busito, dos, tres, temblores, terremotos, alergias, eyaculaciones. Disparates concretos. Una locura pautada. No sabía que César Vallejo pautaría la mía. ¿o fue Cortázar? Dos mujeres visten azul marino. No confío en ellas tampoco. Pone, "Patria o muerte." Será "Anarquía o Vida". El tocar las partes genitales a un menor. Agitar la mano de un anciano. Colorido divorcio. Mujer de miel oscura. "Queremos libertad de expresión" puso y ahí decía "Muebles 2000". Creo que no tengo fuego. 12:36

Primera Madrugada de hoy.

Con los ojos ardientes y sin atreverme a abrirlos, me siento en la peligrosa orilla de mi cama, esta cama que ya no sé si es mía. No hay piso. Estoy convencida. No hay piso. Pero no puedo evitar tirarme a este abismo de dos centímetros. No termino de caer hacia arriba.

Me encuentro con ocho poetas franceses, todos uniformados de roja frustración, no, que sea gris mejor. Todo es más elegantemente dramático en escala de grises. Pero ¡cómo me arden los ojos!

Primera madrugada de hoy. Pronostico que hoy será treinta todo el día, posiblemente verde todo el día.

sábado, 17 de octubre de 2009

Lastimosamente no acabo de gritar por más de una hora.

Cinco de la mañana. Doce de Septiembre de ¿cuál importa? Hoy tengo los ojos cerrados. Tengo una discusión con una guitarra. Tiemblo de pensar que no estoy tildando nada. La guitarra me ignora. Punto. Una iglesia de adobe se asoma. No tengo de dónde agarrarme. Se me han clavado los dedos al lápiz para no caerme.
Es que no tengo idea de dónde está la Maga. ¿Al fondo del Sena? ¿o acaso flota? El señor que conducía el camioncito blanco que no acaba de pasar. Hay una nube a mi par. No confío en ella. Tampoco confío en él.

Que aprovechara el tiempo me dijo mi papá. Que la tierra se acerca cada día más al sol y la luna más a la tierra. Que los años son más cortos ahora y así y así. Teorías de relatividad. Y que debía adaptarme a mi entorno y convertirme en "normal" que "normal" era un estado de relativo, lo que la mayoría considera como aceptable, por alguna razón mencionaron a Madonna.... Y nunca nos presenta a sus amistades. Te lo aseguro Esteban, que es un nudo de bipolares.
Si querés me desnudo entonces.

Desarrollando placas Seniles.

Eso de la insuficiencia de decisión es asunto grave. Voy a decidir no seguir decidiendo.
Tengo sed.
Discúlpeme señorita, ¿podría servirme una sirena por favor?
Sí, para llevar.
Sí, sí, azúcar regular.
¡Ay! Me quemé carajo...

¡No vos! Claro que no hablo sola, nada más escribo sola. Tengo largas conversaciones con la que finge ser racional.

Nada, aquí despeinando ideas.

No bebo tus presagios. Así no me vas a descifrar. Pero no te alejés tanto miope. No hay necesidad de comportamientos racionales. Qué asco ese exhibisionismo de la memoria asociativa. Es que sos una realidad que no depende del tiempo para existir. Siento tu voz en mi espalda como arena y resistol.

Un pedazo de infinito. Es que yo soy muy sensata, no, sólo soy muy mentirosa. Mentira. ¿Mentira? Pero, ¿cómo creerme? Creerme creadora.
Descre-arte. Toc-arte. Mir-arte. Desllen-arte. Pero, ¿por qué dej-arte? Sinfonías masticadas escupidas en tu cara, esa cara tan incompleta y falsa. ¿Apropiado elogio plástico? Destiñendo ideas orgánicas. No llegás. Alquilame. Vendeme y Esfumame. Fumo tu inquietud junto a mi distante proximidad mientras lleno una pipa de fragante suerte esa herrante suerte de tenerte al verte.
Me lo acaban de confirmar desde la punta de este cigarro que no enciende.

lunes, 12 de octubre de 2009

Visitando Siempre Eternamente.

SUCEDO SIN ENTERARME. Se me atraparon los pies en tu circunferencia, de modo que nos escapamos rodando hasta el desierto, ese desierto sobrepoblado que te estás imaginando.
La viva necrópolis.
¡Malcriado! ¡Me machucaste la luz!
Yo no me meto con tu sombra ¿escuchaste?
Nada más de vez en cuando.
Exijo una disculpa.
En vos veo otro polígono con los pies firmes.
AÚN NO ME ENTERO.

Algún lugar entre Denise y Alejandra

Anoche me escuché afuera de mi ventana discutiendo con Alejandra.
-Aquel poema, el que bailaba ¿te acordás?-me preguntó.
-¿Con vos o conmigo?
-Con las dos Denise, el redondo, el que se derretía y congelaba.
-Yo no me acuerdo, pero era inolvidable.

domingo, 11 de octubre de 2009

TARAREANDO UNA CANCIÓN INSOPORTABLE.

Tu problema es que te negás a usar tus sentidos. Nada más escuchás. (Leo entera la razón) Hablás dibujando y los demás somos incapaces de escuchar lo que decís, únicamente nos permitís percibir temperaturas, colores, olores, sabores y texturas. El otro día me dibujaste (y arrimado contra la pared) una llama en la mano. Yo comencé a agitarla como intentando desprenderla porque me ardía muchísimo(Pierdo los papeles). Te causó mucha gracia(Intentar atrapar con las manos el aire). Me acompañaste a coger taxi. Yo quedaba viéndome la mano y mientras me alejaba, la tremenda saturación de realidad me formó una ampolla muy coqueta (cosa de locos, de locos). Yo la condené con falso desprecio. (¡qué mal! ¡fatal!)

domingo, 4 de octubre de 2009

Que sea en pasarela.

Sentí una necesidad embarrada de inercia por aplaudir. Lo aparente es. Todos arrodillados en una misma dirección, convencidos de una existencia superior.

(Insisto, ojalá no existieras detestable y abusivo amigo. Ojalá no existiera el cuándo, el cuando, el hoy, el ayer ¿y el mañana?)

"¿Podeis ir en paz?"
"Demos gracias a Dios."

De nuevo esa necesidad de aplaudir.

martes, 31 de marzo de 2009

Te lo advertí Griselda.


Nadie nunca escucha a la hermosa Cassandra.

lunes, 30 de marzo de 2009

Experimentando con Griselda.


Ella se derrite y ya. Qué difuminado más chambón... Lepra marciana en etapa avanzada. Bonita palabra. Chambonada.

domingo, 29 de marzo de 2009

Un cerebro oxidado intenta a Charly, Luna y Difúmino.


Diosa me regaló la portada de un libro asqueroso, magníficamente elaborado en pasteles. Yo decidí sacudir este cerebro enmohecido y me enteré que está corroído por el desuso. Qué pena. ¿Será aceptable decir que me siento como "El Salvador Será" por Roque Dalton?

viernes, 27 de marzo de 2009

Imposible.

Nacemos. Morimos. Lo de en medio es mío. Yo soy mía. ¿Soy mía? Para todo mundo, por último, mía. ¿Finalmente mía?
Hippies mentirosos.