domingo, 4 de octubre de 2009

Que sea en pasarela.

Sentí una necesidad embarrada de inercia por aplaudir. Lo aparente es. Todos arrodillados en una misma dirección, convencidos de una existencia superior.

(Insisto, ojalá no existieras detestable y abusivo amigo. Ojalá no existiera el cuándo, el cuando, el hoy, el ayer ¿y el mañana?)

"¿Podeis ir en paz?"
"Demos gracias a Dios."

De nuevo esa necesidad de aplaudir.

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